Preparar la habitación para recibir a un bebé

Preparar la habitación para recibir a un bebé

Más que un cuarto: un espacio de amor, calma y conexión

Hay momentos en la vida que marcan un antes y un después. La llegada de un bebé es, sin dudas, uno de ellos.
Soñamos, imaginamos, planificamos… y de a poco, vamos armando un espacio que no es solo un cuarto, sino el primer refugio del mundo para ese nuevo ser que llega.

En Estudio Kiwi, acompañamos ese proceso desde nuestra experiencia como mamá y papá, pero también desde el diseño. Porque creemos que los espacios hablan, contienen y educan desde el primer día.


1. Menos es más: calma visual y orden emocional

El cuarto del bebé no necesita estar lleno de objetos. Necesita PAZ.
Colores suaves, formas simples, materiales nobles. Cuando evitamos la sobrecarga visual, creamos un entorno que transmite calma —para el bebé y también para los adultos que lo acompañan.

Nos gusta decir que la estética también cría: una habitación serena es un abrazo para los sentidos.


2. Funcionalidad y fluidez: pensar en el movimiento diario

Los primeros meses están llenos de rutinas nuevas: amamantar, cambiar pañales, dormir, calmar llantos.
Por eso, es fundamental que el espacio esté pensado para que todo fluya con comodidad.

Algunos consejos que ayudan:

  • Tener una cómoda/chiffonier con cajones accesibles cerca del lugar donde cambiás al bebé.

  • Una silla cómoda (y linda) para amamantar o dar la mamadera.

  • Todo lo esencial al alcance de la mano, para no tener que moverte demasiado.


3. El colecho: cercanía y seguridad

Si elegís el colecho, te abrazamos fuerte. Para nosotros también fue una decisión importante.
Tener al bebé cerca de la cama, sobre todo en los primeros meses, no solo facilita la lactancia y el descanso: también fortalece el vínculo y aporta seguridad emocional.

Por eso, nuestras cunas colecho están diseñadas para integrarse armoniosamente a tu habitación y transformarse luego en cama Montessori. Porque los muebles también pueden crecer con la familia.


4. Texturas, aromas y luz: los sentidos también se preparan

Pensar en las sensaciones del bebé es clave:

  • Usar materiales naturales y respirables como el algodón o la madera.

  • Evitar aromas fuertes o artificiales.

  • Elegir una luz cálida y suave que invite al descanso.

El entorno tiene una influencia enorme en su bienestar físico y emocional. Y los pequeños detalles marcan una gran diferencia.


5. Un cuarto que hable de ustedes

No hay recetas universales. Lo más importante es que ese espacio cuente su historia. Que tenga objetos que los emocionen, que evoquen amor, que los representen.

Preparar la habitación también es una forma de prepararse como familia. Es imaginar, es cuidar, es esperar con el corazón abierto.


Una invitación amorosa

Si estás en ese momento de armado, te abrazamos.
Sabemos que hay dudas, ansiedad, entusiasmo. Por eso queremos acompañarte con propuestas pensadas desde la sensibilidad y la experiencia.
Muebles que respeten al niño, pero también a toda la familia.
Diseño que no solo se ve bien, sino que se siente bien.

 

Porque criar también es habitar.
Y el primer cuarto puede ser mucho más que un lugar: puede ser una caricia que los acompañe desde el inicio.